30 de marzo de 2011

No vengas tú con tus remedios caseros

Los remedios caseros siempre son la solución más rápida a todos nuestros problemas de salud. De hecho, uno apenas se siente medio mal corre a internet a buscar con qué elementos de casa nos podemos sentir mal. La mayoría de las veces funcionan perfectamente, pero no todos son realmente efectivos.

Yo recuerdo que cuando era niño yo sufría de tos crónica. Cualquier persona que me escuchaba toser pensaba que me estaba muriendo y no estaban muy equivocados. Y como mi abuela es naturalista y prefiere los remedios naturales, yo tenía que tomarme cuanta mata existía. Siempre encontraba la solución, no solo a mi tos sino a todo, en alguna mata nueva. Una vez yo estaba bastante mal y la opción fue prepararme una bebida que contenía: leche caliente, sábila, algo más que no recuerdo y miel para endulzarlo. No vengas tú que fue la peor cosa del mundo. Casi me hace vomitar y no me curó, ni me calmó.

Nunca entendí por qué en vez de llevarme al médico para que me diera una verdadera solución, me tenían que dar cualquier planta en té. El día que me llevaron al doctor, me mandó un tratamiento que me curó para siempre.

Aunque usted no lo crea, hay muchos remedios caseros universales. Hace unos meses estuvo en mi casa un amigo de Bélgica y durante su estadía a mí me estaba saliendo un orzuelo. Obviamente, desde el belga hasta los venezolanos me dijeron que me pegara un anillo de oro caliente, que calentara el dedo y me lo pusiera en el ojo, que calentara una cucharilla y pare usted de contar. No vengas tú que eso lo que hace es infectarlo. Una vez un médico me dijo que eso lo que hace es empeorarlo, lo infecta. A veces esas creencias urbanas empeoran las cosas.

A pesar de mis malas experiencias con los remedios caseros, cada vez que me siento medio mal corro a buscar la solución en internet. Es más barato conectarse a internet que pagar una consulta médica. Google es mi médico de cabecera, mi abuela no. Si llamo a mi abuela me dice que baje al parquecito, recorte tres matas diferentes, las hierva y al té le eche miel para que sepa bien. No vengas tú que prefiero no curarme antes de tomarme un té de grama.

Así que ya saben, no todos los remedios caseros funcionan. Pero siempre alguien debe experimentarlos antes de dar el veredicto final y ese alguien siempre es el más gafo, o sea, uno pues.

Albert Manrique
@falbertmd

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