10 de mayo de 2011

No vengas tú a poner música de relajación en el Metro

Montarse en el metro siempre ha sido una aventura extrema en la ciudad de Caracas. Ya no existe hora pico. Todas las horas son picos. Pocas veces he podido encontrar un vagón vació o por lo menos en el que pueda respirar el aire acondicionado fresco.

El día que tenía la entrevista en “A la cuenta de 3”, como cosa rara, iba retrasado. El tráfico caraqueño como siempre estaba cual estacionamiento público. Los taxistas ni de broma te hacen una carrera, por ende los mototaxistas estaban todos ocupados. ¿En ese caso qué hace uno? Metro, la gran solución para Caracas, en los años setenta claro.

Afortunadamente, hay kiosko en los que venden el ticket y no me tuve que calar la cola en la taquilla. La cosa empezó bien. Procedí yo a ingresar a la estación a las 5:30 p.m. Más vale que no. El tiempo que me ahorré comprando el ticket lo perdí esperando el tren. Los trenes pasaban uno más full que el otro, como es usual. Uno ya como que se acostumbro al mal servicio pues. Pero no vengas tú a ponerme a todo volumen la musiquita para relajarme.

Mientras la turba enardecida esperaba, no por entrar sino por ser empujado dentro del vagón para llegar a su destino, sonaba una musiquita perfecta para una sala de masajes. Obviamente, imperfecta para el Metro. ¿Por qué? Porque más allá de relajar y hacer sentir bien al gentío, lo que hacía era crecer la desesperación y las ganas de irse de allí.

Ya cuando te meten al vagón, cual animalito en corral, estás tan molesto por culpa de la espera y la música que no te importa ir como sardina en lata. En ese espacio en el que cabían dos personas, entramos quince. Uno está tan desesperado por llegar que se te olvida que esa mezcla de sudor que llega a tu  nariz es desagradable. Que sacarse los mocos con las manos que no puedes usar para agarrarte, como está haciendo el señor de al lado, es un acto de cochinada. Y que darle pecho al niñito, como la hace la que va sentada, no debería hacerse allí.

Montarse en el metro hace que uno se olvide por un rato de los problemas. ¿Para qué pensar en otros pesares, si todo lo que se pasa para moverse en ese medio de transporte es un pesar mayor? Si tan solo la gente del metro supiera que poner a funcionar más vagones haría más feliz a sus usuarios. Pero la felicidad del colectivo, no llena bolsillos individuales.

No vengas tú a seguir diciéndome que el Metro es la solución para Caracas. Explícame qué significa solución y yo veo si me resuelve la vida, o por lo menos el transporte. 

Albert Manrique
@AlbertSoyYo

8 comentarios:

Carola dijo...

jejejeje es el pan nuestro de cada día. Los que usamos el metro a diario lo sufrimos

11 de mayo de 2011, 10:22
nohely boada dijo...

excelente!! y que me dices de los que usan esos alto parlantes, mal llamados audifonos, para escuchar a las 6:00am un regueton de daddy yankee o un heavy metal, para que todos a su alrededor lo escuchemos tambien!!!, NO VENGAS TU a decirme que lo haces por que eres pana y lo que buscas es pretender que no estas ahi pasando calor, rabia, etc etc...

11 de mayo de 2011, 11:28
FREDDERICK CARPIO dijo...

JAJAJAJAJ esto esta excelente!!.. es realmente una realidad lo que vivimos los caraqueños que de una u otra forma en casos de emergencias bajamos al subterráneo! jajaaj

11 de mayo de 2011, 13:34
Anónimo dijo...

* Màs real imposible :D *

13 de mayo de 2011, 12:11
Mayerlin Rangel dijo...

Jajajajajaja muy cierto y lamentable, allí se ve de todo, como dice la canción Una vaina loca. Yo debo usar metro todos los días y es el peor momento del día para mí y siempre digo que si quieren escuchar música para relajarse en el metro y no prestar atención a todas las locuras que suceden alrededor deberían usar sus Audífonos! No Vengas tu que no tenemos por qué calarnos esa música!

14 de mayo de 2011, 17:01
marian moniz dijo...

haha yo que no soy de caracas gracias al metro jure mas nunca volver! fue una experiencia trumantica para mi y peor aun la gente q sale corriendo, tal cual como caballos en la rinconada! nuuuu bicho

15 de mayo de 2011, 23:23
Anónimo dijo...

hahahaha sin mencionar el infaltabla que coloca su celular a sonar un vallenato, changa... o salsa afffffff!!!!

25 de mayo de 2011, 18:40
Gabriela Ascención Pino dijo...

no vengas tu a ponerme musica para que me relaje cuando el sr. que esta inscrustado en mi costilla derecha se esta secando el sudor en mi ropa!

17 de junio de 2011, 9:06

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