22 de noviembre de 2010

Sólo soy compatible conmigo mismo. No vengas tú


Desde hace un tiempo yo he estado intentando embarcarme en relaciones, jujús o cualquier otra pero en ninguno de los casos se puede decir que ha sido exitoso. Al poco tiempo de estar saliendo con esa persona me fastidio o simplemente lo dejo hasta ahí y punto.



Normalmente uno no asume su cuota de culpa cuando las cosas no van bien. Más fácil es decir que los demás están mal o qué bolas que no se adapta a mi ritmo. Cualquier cosa con tal de no ser uno el que tiene un problema. Claro, generalmente es así pero de vez en cuando uno tiene una pequeña porción de responsabilidad.



Hace un par de días hablando con una amiga reforcé una teoría que siempre había pensado pero que no terminaba de asimilar. Mi problema es que completamente de compatibilidad.



En algún momento (y no vengas tú a decirme que no lo has hecho) uno se pone en plan adolescente a buscar en google la compatibilidad de los signos, la compatibilidad de los nombres, la compatibilidad de las horas de nacimientos y hasta la compatibilidad de las carreras. Siempre hay mil opciones que te dicen que esa es la persona. Pues, no creas que esas cosas funcionan.



Según las páginas que miden la compatibilidad yo soy compatible con todo el mundo, es decir, debería estar casado desde los 10 años. Pero no, no logro estar con una persona más de una semana.



Entonces, analizando la situación sólo hay una persona con las que me va del carajo. Sí, con esa persona no tengo peos ni nada. De hecho, jamás he tenido la necesidad de recurrir a una página para comprobarlo. Obviamente esa persona soy yo mismo. Ahí radica mi problema de compatibilidad. Yo sólo soy compatible conmigo mismo muy a pesar de lo que pueda decir cualquier bruja.



Es un poco triste mi teoría y algunos se atreven a asegurar que me casaré con mi mano, pero no me importa. Ya lo acepté, tengo un problema de compatibilidad, sólo soy compatible conmigo mismo y estoy feliz que así sea. Alguien me dijo una vez tú necesitas a alguien invisible como yo, porque tú necesitas ser el centro de atención, pero tú no me gustas.



Piensas un poco para que veas que quizás sufres de lo mismo y así dejas de echarle la culpa a los demás y auto estámpate un “No vengas tu”.



Albert Manrique

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