20 de octubre de 2010

No vengas tú que esos muchachos no son míos

Este "No vengas tú" lo recibimos a través de novengastu@gmail.com. Poco a poco publicaremos los mejores mails recibidos. No desesperéis:


¿Qué ironías las de la vida no? Desde pequeño no podía ver un bendito barco porque eso podía alegrarme más, que pasar todo el día jugando Super Mario Bross 3. Todo vino consecutivo, las ganas de estar en un barco, la preparación para estar allí y el momento en el que por primera vez me toco estar a bordo.

Aún recuerdo la primera vez que le dije a papá que quería hacer con mi vida… NO VENGAS TÚ, si no eres capaz de mantener limpio tus zapatos cómo rayos lograras mantenerte en una cosa de esas. El tiempo pasó, me gradué, tanto estudié para terminar siendo chofer de barco. Heeey, ¿qué pasa? Ese era mi sueño, después de todo lo logré. Una vez estando allí, me percate lo difícil que era mantener alguna relación estable.

NO VENGAS TÚ que aquí todos llevamos cachos, era siempre lo que se escuchaba, pero estaba convencido que yo era la excepción por lo cariñosa y atenta que era mi novia conmigo. Pasó el tiempo, con Flux y una flor pegada a mi traje llegué al altar. NO VENGAS TÚ a meter la pata decían mis primos, pero yo más enamorado y convencido que ella era la mujer de mi vida. Ignoré todos y cada uno de los comentarios.

Mantener el matrimonio y trabajar en un barco, son dos cosas que no pegan para nada, es lo más difícil del mundo, sobre todo cuando se trabaja por largos períodos como era mi caso. Aún recuerdo aquella vez, regresé después de 5 meses, mi gran sorpresa era lo hinchado que mi esposa tenía la panza, pues era fácil y sencillo, estábamos embarazados. Me tocó partir de nuevo, pero tenía la esperanza que al regresar, ya conocería a mi primer hijo, y así fue Para sorpresa mía, era un varón, blanquísimo el condenao y yo más negro que un tizón de fogata, pero bueno, a fin de cuentas, la familia de mi mujer eran todos medio blanquitos, o sea, que por ahí venia la cosa.

La segunda barriga llegó en circunstancias parecidas, sólo que cuando fui a conocer a la beba, tenía el cabello amarillo. NO VENGAS TÚ a decirme que tienes un abuelo Polaco. Yo sé que tu familiar más lejano vive en Guatire.

Papá como siempre esperando el mejor momento para hablar. NO VENGAS TÚ a decirme que esos muchachitos son nietos míos, demasiada blancura, demasiado amarillo. Me tocó seguir ignorando las opiniones de mi padre y ver crecer a mis carrizos, ver esas mejillas rosadas, contemplar lo amarillo de sus cabellos. Lo que sí notaba, es que en la medida que pasaba el tiempo, tenían más y más parecido CON MI VECINO.

EPA, NO VENGAS TU A DECIRME QUE ESOS MUCHACHOS SON MIOS. ESOS MUCHACHOS SON DEL VECINO.

El perseguir un sueño, hizo que terminara criándole los muchachitos al vecino. NO VENGAS TU, ESOS MUCHACHOS NO SON MIOS

Anderson Álvarez

Lector del blog

@Ander22


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