No vengas tú a decirme que sólo te gustan los buenos

27 de octubre de 2010

No vengas tú a decirme que sólo te gustan los buenos

Acá les dejamos otro no vengas tú enviado por ustedes a nuestro correo electrónico novengastu@gmail.com. Este texto lo escribió Adair Gámez.

Hace poco mi papá nos preguntó a mi novio y a mí qué pensábamos hacer con nuestras vidas, refiriéndose a una vida en pareja q inminentemente deberíamos ir organizando. Esa pregunta me hizo reflexionar con una amiga con respecto a nuestras relaciones amorosas. Ella me hizo un recuento de mis intentos fallidos con todos los hombres "malos" con los que me había cruzado en la vida, incluyendo a mi futuro esposo, marido, arrejunte o como quieran llamarle. Me hizo sentir fatal.

Explicándome cómo demostré tener un imán para los mujeriegos, deportista, famoso, millonario con reputación dudosa, el más explotado del edificio, el bailarín de las fiestas, o sea, el más llamativo de cada época de mi vida, el que todas querían y por alguna razón desconocida terminaban fijándose en mí. Aclaro oportunamente que no soy tan bonita, ni tan alta, ni la de mejor cuerpo o cabello, es decir, entro en la categoría de "cara común".

También estaba el comprometido (el que había sacado de mi vida antes de conocerlo en aquel juramento de amigas a los 15 años que decía en el mandamiento número 2: "nada de hombres casados, ni comprometidos, porque vamos a ser las novias o nada). Y así pues, todos y cada uno de los hombres que habían compartido conmigo.

Ahí fue cuando le dije NO VENGAS TÚ a decirme que sólo te gustan los buenos. Yo no critico ni juzgo a todas aquellas mujeres que encontraron al hombre "bueno" que no monta cacho, que la lleva y la busca al trabajo, que nunca la embarcó o desvió la llamada a la contestadora, el que nunca la quiso sólo para acostarse con ella o el que nunca le pide un tiempo para él, sino que dedica la vida entera a adorarla y amarla.

Pero no vengas tú a decirme que tanta armonía no te cansa, que el hombre perfecto sí existe y que yo no tengo paciencia pa' esperarlo. ¡Ah! y que todos esos "malandros" con los que yo estuve y tú No, no te llamaron la atención ni un poquito. No vengas tú a decir que nunca pensaste: "es que tiene una cara de malo q me mataaa" y que nunca cantaste aquella parte de la canción "diciendo Si a lo q en realidad es un No, retando a la intuición".

Así que yo no creo en hombres perfectos y como decía mi abuela "al mejor, échalo a arder" y No vengas tú.

Adair Gámez

Lectora del blog

@AdairGC